viernes, 11 de mayo de 2012


Acabo de caer en cuenta de que, no hay días buenos ni malos, los días son solo eso, días. Unos son mejores como los viernes, y otros que en particular yo los odio, son los domingos. Si les cambiáramos los nombres, significarían otra cosa. Si el viernes se llamara lunes sería el mejor de la semana. Pero son tópicos que nadie cambia. Somos nosotros los que les ponemos esas etiquetas, somos nosotros los que tenemos la culpa de tener un buen o mal día. Si por mi fuera, les cambiaría los nombre y ya no serían días, sino sonrisas, y sinceramente nunca habría una mala sonrisa, siempre habrá sonrisas mejores que otras, pero ¿malas? nunca.
Así que no echéis la culpa a los días, porque ellos no son nada sólo, tristes nombres con una función, ordenar.
A partir de hoy, ya no va a haber días para mí, sólo sonrisas, así nunca podré tener una mala.
Disfruta porque sólo quedan 358 sonrisas por disfrutar.

lunes, 7 de mayo de 2012


Que me lleves la contraria, que no me des la razón y opines, quiero que nos piquemos y luego reconciliarnos como tú y yo sabemos, quiero que en vez de regalos me hagas sentir que estás ahí, que sigues ahí, y que estarás ahí, quiero que me digas que me quieres, que me quieres ahora, en este mismo instante, y que no te importa lo que pase en un futuro, y que me digas te quiero sin decir nada, quiero que me tires al suelo y que seas tú quien me levante, quiero que me demuestres que estoy por encima de todo, nada de palabras, eso no sirve de nada si no se demuestran, y quiero que tú lo estés haciendo todos los días. Y sí, soy exigente, una niña mimada, caprichosa, egocéntrica, una niña de papá, y una enana que pone caras de asco, pero pese a todos de mis defectos que no son pocos, te aseguro, que nada puede hacer que te deje de querer, y por supuesto, que nadie, va a quererte ni la mitad de lo que te quiero yo.